Los espetos de los chiringuitos, plato típico de las playas de la Costa Tropical.

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Una docena de establecimientos participan del 10 al 14 de junio en la III Semana del Espeto de Almuñécar y La Herradura.

Almuñécar/ 10 de junio de 2019

Con olor a sardinas asadas, salitre y mar, una docena de chiringuitos instalados en las playas de Almuñécar y La Herradura han iniciado este lunes, 10 de junio, la III Semana del Espeto que organiza la Asociación de Chiringuitos en colaboración con el Patronato de Turismo del Ayuntamiento de Almuñécar y el patrocinio de Cervezas Victoria.

Desde hoy hasta el viernes, los establecimientos participantes ofrecen la posibilidad de disfrutar de un delicioso espeto de sardinas y una bebida al  precio de 5 euros. “Se trata de promocionar y dar a conocer un plato tan típico de nuestras playas como es el espeto, atractivo sin igual de la gastronomía mediterránea y seña de identidad del verano”, afirma Francisco Trujillo, presidente de este colectivo empresarial en la Costa Tropical-

el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Almuñécar, Rafael Caballero, ha declarado que “el espeto es un elemento más que tenemos que utilizar para promocionar nuestras costas y nuestra gastronomía”. Además, ha querido dejar patente que “todo evento que se organice en el sentido de promocionar Almuñécar, La Herradura, nuestra gastronomía y en definitiva nuestro turismo, contará con el apoyo del Patronato”.

A este evento gastronómico se le ha dado el pistoletazo de salida desde el Chiringuito “La Primera Ola”, desde donde su propietaria, María del Carmen Pintor, ha dado la bienvenida y ha querido mostrar cómo se pincha un espeto y cómo se hace a fuego de leña sobre una barca de madera en la misma playa. También ha contado con la presencia del patrocinador del evento, el distribuidor de cervezas Victoria en Almuñécar, Manuel Pérez.

Este evento se puso en marcha en 2017 para promocionar a los chiringuitos como “uno de los principales atractivos de las playas” a través de los espetos, uno de los platos más singulares y típicos. “No hay que olvidar que el espeto es una elaboración para el pescado que se realiza desde hace ancestros en los chiringuitos de las playas Almuñécar y La Herradura, al igual que en toda la Costa de Granada y Málaga”, afirmaba el concejal de Turismo sexitano, Rafael Caballero.

ESTABLECIMIENTOS PARTICIPANTES

Todo aquel que quiera disfrutar de esta promoción y esté estos días en las playas almuñequeras y herradureñas, podrá acercarse a los Chiringuitos: Restaurante El Balate en la playa del Pozuelo. Chiringuitos Playamar, Casa Mariano y Primera Ola en Velilla. Restaurante Calabré, Pepe Dígame y Chiringuito La Dorada de Plata en la Playa de San Cristóbal. Y en La Herradura,  El Chambao de Joaquín, Bambú Beach, La Sardina y Chiringuito Bueno, y La Barraca en Cantarriján.

LOS MESES CON “R”

Para comer las sardinas en espeto en su punto, la tradición señala que la mejor época son los meses de verano que no contienen la letra ‘r’, es decir, junio, julio y agosto.

La época estival, por tanto, es propicia para disfrutar de esta tradicional forma de cocinar las sardinas, y que en toda la costa congrega diariamente a multitud de comensales en los populares chiringuitos situados en primera línea de nuestras playas.

EL ORIGEN HISTÓRICO DE LOS ESPETOS

Cuentan los historiadores, que el 21 de enero de 1885, el Rey Alfonso XII de regreso de un penoso viaje por los pueblos de Granada y Málaga afectados por los terroríficos terremotos del día de Navidad de 1884, paró en el merendero “Gran Parada”, ubicado en la playa malagueña de El Palo, para comer algo con su séquito y reponer las fuerzas perdidas.

Allí fue atendido por “Miguelito” quien se dirigió al rey español para rectificarle cuando iba a comer con cuchillo y tenedor un plato marengo que hacían los pescadores con las sardinas pinchadas en cañaveras sobre las brasas del fuego: “Así no majestad, así no… con los dedos majestad” fue la recomendación del pescador al rey, que ni corto ni perezoso siguió las indicaciones del que se conoce en los archivos históricos como el ‘inventor de los espetos’,

También afirman que el rey nunca se recuperó de ese viaje. Tanta miseria y tanta tragedia pudieron con el monarca, hasta el punto de que incluso hay investigadores que afirman que la tuberculosis que segó su jovencísima vida (murió a los 27 años, el 25 de noviembre de 1885) la ‘cogió’ en aquel viaje por pueblos y aldeas destrozadas por los temblores de tierra.

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